Dicen que no se pueden poner diques al mar, pero sí redes.
y así comienza el trabajo de estas mujeres.
Sin ellas al mar le faltarían las olas. A los peces las escamas. Al baro el timón y al Arrantzle, claro, la red, esa que es más que una herramienta de trabajo. Es un pulmón para poder vivir en la mar y de la mar…